Hay una sensible diferencia entre transformarse y adaptarse. Casi la misma que hay entre evolución y revolución. En una evolución no perdemos el contacto con el pasado, sino que paulatinamente vamos abandonando la situación de partida, mientras nos proyectamos de forma proporcional hacia el futuro.
Innovación vital = evolución natural
El curso natural, es la evolución; las revoluciones nos sirven para cambiar el curso de la evolución. En ambos casos, evolución y revolución, tratan de proyectarse al futuro, de escribirlo, pues el futuro es la consecuencia de lo que vamos, haciendo y diciendo, viviendo…De hecho, nuestro futuro no es otra cosa que la consecuencia de lo que vamos haciendo en nuestro presente.Un ejemplo visual para explicar la transformación es el del gusano que se convierte en una mariposa, cambia su forma notablemente —aunque en el fondo sigue siendo un gusano con alas— pero el estado inicial respecto al resultante, es muy distinto.

Podríamos decir que la adaptabilidad es la capacidad de cambiar para poder seguir progresando en un entorno distinto.Como decía Darwin, «no es la más fuerte de las especies la que sobrevive y tampoco la más inteligente. Sobrevive aquella que más se adapta al cambio. En la larga historia de la humanidad (incluso de la especie animal), son aquellos que aprenden a colaborar y a improvisar los que más probabilidad de prevalecer tendrán.» Parece bastante contemporáneo, ¿no crees? Una de las mejores maneras de explicar la adaptabilidad, es la que usa Bruce lee con la metáfora del agua, mira este video y dime si estás de acuerdo.
Transformatitis
¿Y entonces por qué todo el mundo habla ahora de transformación digital? o de ¿transformación cultural? Pues porque el instinto humano nos impulsa a rechazar aquello que no funciona y substituirlo por algo nuevo. Por eso, cada vez que sale una nueva palabreja, la adoptamos como si se tratara de una fórmula mágica, como si «el nombre hiciera la cosa» cuando la realidad es que, le llamemos como le llamemos, lo que necesitamos las personas y las organizaciones, no es transformarnos, sino adaptarnos de forma ágil al entorno.La tecnología progresa de forma exponencial, las personas de forma orgánica.Los grandes cambios en las personas tardan años, no meses y sin embargo nosotros queremos transformarlo todo cuanto antes. Como ya escribí en una ocasión, lo que subyace bajo la «transformación digital» no es la tecnología, sino la necesidad de pensar de forma diferente. Esta es la verdad, la transformación digital es una excusa, estamos hablando del centrarnos en el cliente, no sólo de boca (o marketing) sino en cuerpo y alma (operaciones). Si no lo hacemos así, tengamos por seguro que alguien lo hará por nosotros. Así que la próxima vez que alguien te hable de transformación, asegúrate de que sabe lo que dice. Y no olvides preguntarle cuántas empresas ha transformado…
Y no es que diga que la transformación no es necesaria, a veces es imprescindible para avanzar, pero no nos engañemos. Transformar no es necesariamente la solución.Hay muchas cosas que lo que necesitan no es una transformación, sino una adaptación adecuada al entorno y eso es más fácil y en muchas ocasiones más efectivo. Otro día ya hablaremos de cuándo es importante la transformación, ahora hay tanta gente haciéndolo que no hace falta insistir en ello 😉 Como decía Heráclito, lo único constante es el cambio. Y éste vendrá cada vez más rápido, nos guste o no. Podemos anticiparnos y liderarlo, o dejar que venga y tener que gestionarlo ¿tú qué prefieres?]]>
7 Comments
La palabra «transformación» –y más aún la palabra «revolución»– tienen impacto emocional que nos ayuda a aceptar el cambio cuando consideramos que es muy «drástico». Sobre todo cuando la satisfacción con el status quo es negativa y deprimente.
Pasar de una oruga a una bella mariposa es un cambio que bien merece un bautizo tan impactante como hablar de «la oruga se ha transformado en mariposa».
Muchos hablan de «revolución» para que les escuchen qué cambios/adaptaciones proponen. Todos hemos oído, a estas alturas, que estamos en la Cuarta Revolución Industrial (Industria 4.0).
Cuando las cosas no nos complacen, nos gusta pensar que vamos a inaugurar una nueva etapa, una nueva vida. Hace que el cambio y las adaptaciones que comportan sean más atractivas a nuestro deseo de cambio.
La clave es transformar/adaptar nuestros deseos de crecer y mejorar a una hoja de ruta del cambio. El problema suele ser siempre: GESTIÓN DEL CAMBIO.
Muchas gracias Pere, estoy en total consonancia con lo que has escrito! Identificas perfectamente la diferencia entre transformación y adaptación. Sin duda, me quedo con adaptación al cambio antes que con transformación digital, y como muestra gráfica, prefiero la del camaleón (adaptación) que la de la mariposa (transformación). La empresa no se transforma pero si cambia, y aunque la adaptación de las empresas es lenta (no podemos ir tan rápido como la tecnología requiere), considero que todas están por la labor de adaptarse al cambio, conscientes de que es necesario un cambio generacional (orgánico) de sus RRHH. La adaptación digital ha de hacerse para afrontar los retos que supone internet como acceso al mercado global o lo que yo llamo INTERNETACIONALIZARSE! un concepto tan difícil de decir como lo es adaptarse al mercado digital para muchas empresas reticentes al cambio, ya sea por pereza, falta de visión de futuro, desconocimiento, resistencia al cambio o por inmovilísmo voluntario o nostalgia analógica!
Saludos, Marcos!
En el discurso del mundo empresarial solemos colapsar los conceptos de cambio y transformación. Comparto los puntos de vista del artículo, sin embargo a mi entender, cuando hablo de transformación parto de la pregunta ¿qué quiero conservar que es esencial o vital para mí o para mi organización?. Evolucionar, adaptarme o cambiar pero sin perder mi identidad. Eso hace la diferencia.
Saludos!