Existen diversas herramientas para la planificación de proyectos y, posteriormente, realizar su seguimiento y control. De entre las más conocidas son Microsoft Project, Clarizen.com, Basecamp, Sprintly, Redbooth, etc.
En la teoría, puedes acudir a las mismas para conocer el alcance del proyecto, los retrasos que lleva y para cuándo estará realizado. En algunas de las herramientas puedes incluso marcar lineas de tiempo para comparar las diferentes re-planificaciones e ir aprendiendo del proyecto.
Pero, ¿te fías al 100% de dichas herramientas? ¿Se mantienen actualizadas en tiempo real las planificaciones? ¿Los miembros del equipo imputan horas correctamente? ¿Actualizas todas las variaciones que implican el micro management diario?
Todas estas herramientas están muy bien para tener una visión general del proyecto, pero, desde mi punto de vista, no para conocer el estado real del avance realizado en las tareas.Es muy probable que posteriormente a la daily meeting realizada con el equipo, o en alguna reunión de planificación, te encuentres en la siguiente situación entre miembros del equipo y project manager o scrum master:
- David: no podré acabar con esta tarea para la fecha acordada. Llevo un retraso de días y no lo tendré hasta tal día ( una fecha )
- Luisa: necesito tu código para seguir avanzando con el mío. ¿Podré contar con él para tal día?
- Carlos: en la última reunión estábamos en el mismo punto y esto, ahora, conllevará retrasos…