aplicación de gestión de proyecto. Ahora ya sólo tienes un único objetivo: defender y justificar porqué el resultado del proyecto no se parece al vendido inicialmente. Y es que el alcance era uno y se “ha transformado” en otro. El cliente, viendo el resultado, sabe que ese no es el producto o servicio pensado inicialmente y, como aún no lo ha puesto en mercado y se acerca la hora de la verdad, le entran las dudas y empieza a recordar cuál era el proyecto inicial diseñado. ¿Está buscando auto-justificación prematura?
Has basado el proyecto en herramientas “agiles”, evolucionando un prototipo conjuntamente con él; la comunicación ha sido fluida. Todo y que ha dado unas cuantas vueltas antes, cada prototipo se ha validado. Pero parece que algo ha fallado porque has de justificar y defender el producto. ¿Qué ha podido ser?El prototipo se ha trabajado de forma continua. Hemos aportado nuestra experiencia, los usuarios las observaciones correspondientes y el cliente, el toque (o mano) final. Parece que todo es correcto…
Cuando un cliente no está dentro del equipo…
Te invito a una pequeña reflexión sobre los siguientes escenarios:- Estoy revisando actas y haciendo la traza del resultado final.
- Estoy revisando los mails porque recuerdo haberlo mencionado por mail.
- Estoy revisando la documentación de gestión de cambios, porque allí lo tenemos todo 😉
- El proyecto no responde como esperábamos, pero fíjate lo que pone en la propuesta…. ¡lo hemos cumplido!
- Esto ya está validado y acordado, ¡ahora no lo podemos modificar!
- Tanto cambio que se ha hecho y hemos llegado a la solución inicial… Y estamos absolutamente desgastados.
El reto es que el producto o servicio sea un éxito en tu mercado, respetando el tiempo, coste y calidad, bajo un alcance acordado.En proyectos en los que el cliente no forma parte del equipo, me suelo encontrar que ¡el reto real es realizar un alcance en un tiempo y coste definido! Por eso acabas negociando una y otra vez qué entra y qué no entra… y si llegamos o no a la fecha acordada… Creo que establecer una relación con el cliente basada en un buen sistema de gestión de cambios, con herramientas de gestión de proyecto, un buen control del alcance y comunicación del estado, puede acabar haciendo que el reto sea el propio alcance definido y no el llegar con el producto a los usuarios.
Prefiero crear una cultura basada en la implicación y la responsabilidad de toma de decisiones de todos los miembros que participan.