Adobe lanzó hace algún tiempo. Si ya lo conoces, puede que no te aporte nada (o sí), pero si hasta ahora no habías oído hablar de él, creo que te gustará. Se trata de un proceso de innovación que la compañía desarrolló internamente, pero lo hizo al más puro estilo “open source,” osea, que todo el mundo puede usarlo sin necesifdad de permiso a nadie o tener que pagar royalties. Lo interesante es que este proyecto sirve tanto para personas como para toda la organización, por grande que ésta sea. Está diseñado para mejorar la eficacia de la innovación, ganar tiempo yendo más rápido y mejorar en la forma de medir los resultados. El sistema también está pensado para optimizar los costes generados por las inversiones de innovación. Vamos que está muy bien hecho y es por ello que hoy quería hablarte de él.
Objetivos del programa
Está claro que este proyecto tenía unos objetivos bien definidos desde un inicio, y eso se nota porque está claramente enfocado a la adopción rápida por parte de cualquier persona que se involucre en el programa. En concreto los objetivos básicos que Adobe se propuso son tres:- Darle a cualquier empleado un kit para innovar y una tarjeta de crédito con un presupuesto para los gastos.
- Habilitar un canal de comunicación entre los empleados y la dirección ejecutiva, para compartir los resultados directamente.
- Fomentar la actitud emprendedora en todos los niveles de la organización, dar permiso a los empleados para experimentar, y por tanto, fallar de forma controlada sin tener que pasar por el laberinto burocrático habitual.
La clave no está en la metodología que uses, eso no es ningún secreto. Se trata de ser capaz de convencer a la gente para innove de verdad porque crea que vale la pena hecerlo.¿Y quién está detrás de este programa? te preguntarás. Pues tiene un poco de truco, porque no se le ocurrió a ninguna persona experta en la empresa, sino que tuvo que ser el fundador de una de las muchas pequeñas empresas adquiridas por Adobe. En este caso, una pequeña compañía llamada “Serious Magic” que dirigía un emprendedor llamado Mark Randall. Mark estuvo trabajando en este proyecto en la época en la que Adobe estaba migrando su modelo de negocio basado hasta entonces en vender cajas de cartón con licencias de software, a la creación del modelo de suscripción basado en alquilar el acceso al “Creative Cloud.” La dirección de Adobe le encargó a Randall que creara un proceso de innovación que pudiera acelerar las ideas de los empleados de la compañía y así nació Kickbox.