el comportamiento de los profesionales dentro de un equipo puede ser clave para su buen funcionamiento. Pero, hay ¿algún estudio que profundice y nos ayude a gestionar un equipo desde este punto de vista? La respuesta es que sí. El Dr. Meredith Belbin observó en sus estudios ocho conjuntos de comportamientos distintivos dentro de los equipos (posteriormente ampliados a nueve). Estos comportamientos son los denominados “Roles de equipo” de Belbin. Si quieres saber más sobre los roles de equipo, te recomiendo el artículo de Pere “Cómo funciona un buen equipo”, dónde se explica los diferentes roles y cómo de importante es el equilibrio entre ellos para un buen rendimiento.
La importancia de conocer los comportamientos
Cuando hablamos de comportamiento pensamos en cómo actuamos frente a las situaciones, en la forma de implicarnos. Belbin distingue el comportamiento de la personalidad, y la personalidad del ADN. Creo que ésta es una de las claves del buen funcionamiento de los equipos. Mientras el ADN es genético, y la personalidad forma parte intrínseca de cada persona, el comportamiento es observable y moldeable.Para el buen funcionamiento del equipo no es tanto lo que uno es, sino lo que uno hace.Si aunamos que el comportamiento es moldeable, con que hay nueve conjuntos de comportamientos distintivos, tenemos que podemos identificar a las personas según sus comportamientos y ajustar esos comportamientos para que el equipo funcione bien.
Qué subyace al comportamiento asociado a los roles de Belbin
Según Belbin, el comportamiento individual asociado a los roles de equipo Belbin, viene definido por seis elementos que cada persona conjuga:- Personalidad: definida como el conjunto de cualidades originales que constituye a cada persona y la distingue de las demás.
- Habilidad mental: vista des del punto de vista de aquella habilidad que tiene para adquirir y usar el conocimiento, haciendo variar su comportamiento según las situaciones que se le propician.
- Valores y motivaciones: influyen en cómo se afrontan las situaciones, incluso dependiendo del nivel de estado de ánimo y si la motivación es intrínseca o extrínseca.
- Experiencia: actuando a partir de situaciones anteriores que te indican que con un determinado comportamiento, puedes conseguir o perder un objetivo.
- Influencias externas: al igual que en la experiencia, conociendo el entorno externo (como por ejemplo podría ser una cultura diferente a la tuya), puedes variar el comportamiento.
- Rol aprendido: La función que realizamos dentro de la organización hace que nos debamos comportar de una determinada manera, ya sea por la propia función o por el equipo con el que la realizamos.