The Ideal Team Player.» Tuve la oportunidad de ver una ponencia de este autor el año pasado en la que exponía de forma magistral tres virtudes que, con el paso de los años había detectado que tenían en común los mejores candidatos que ocupaban las ofertas de trabajo. Te cuento:
Humildad
Gente que, a pesar de ser muy buena, no se lo tiene creído, no alardea de sus cualidades y tiene el ego en niveles más bien bajos. No es muy frecuente encontrar gente así (por algo son inusuales) pero existen y realmente añaden una gran calidad humana a la organización.Inteligencia emocional (smart)
La segunda característica de los mejores candidatos según Lencioni es la habilidad para tratar con personas. La mejor forma de distinguir esta virtud es fijarse en que el candidato tenga la capacidad de entenderse con todo tipo de personas, que no sea alguien que siempre anda en conflictos por tener la piel muy fina, o muy dura.Hambre
El autor no se refiere al hambre fisiológica sino a esas ganas de trabajar que tienen algunas personas, simplemente porque les gusta el trabajo que hacen, o bien porque se esfuerzan por dar lo mejor de sí mismos en todo lo que se ven involucrados. Otra forma de llamarlo es afán de superación.Una sola no sirve
Encontrar gente con una de estas cualidades es relativamente sencillo, aunque cuando alguien tiene sólo humildad, en realidad podemos tener a un “Doormat” (felpudo) susceptible de ser ignorado o pisoteado por el resto. Cuando se trata de alguien que sólo tiene inteligencia emocional, estamos delante de un “Charmer” (alguien encantador). Muy agradable para tenerlo en una reunión de amigos, pero no necesariamente en el trabajo. Cuando tenemos a alguien que sólo destaca por su “hambre,” podemos estar delante de un auténtico “bulldozer” (escavadora) muy útil para llevarse por delante lo que haga falta, pero poco más. ¿Y cuándo sólo encontramos dos de las cualidades? Fíjate en este diagrama que propone el autor en el que define los perfiles que surgen de las intersecciones.